viernes, 13 de mayo de 2011

Como siempre

Foto de María Alba Reyna

Como siempre ningún suceso altera el día
el cielo sigue ahí pegado al techo
junto con esas nubes apenas dibujadas.
Los tejados de las casas
con sus chimeneas y sus humos,
que sin decir nada a nadie,
se elevan y desaparecen.
Los niños juegan en la calle
hasta que una madre se asoma
a la ventana y avisa para la cena.
Se hace tarde, y todos corren
a sus casas, se desperdigan
como hormigas asustadas.

El sol desciende a regañadientes
y se apoya en las montañas.
- Un ratito más, suplica.
Pero la luna manda, y no hay prórroga.
- Tú también te vas a la cama.
El cielo enrojece de tanto aguantase la risa,
parece que vaya a estallar.
Por fin el Sol entra en razón
y se deja resbalar tras la montaña
hasta el día siguiente.

Y así como siempre, 
mientras las farolas vigilan y la Luna bosteza,
tras los porticones cerrados 
las voces callan, los amores hablan.


4 comentarios:

  1. Una descripción muy poética del final de día, o del inicio de la noche.

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  2. Exactamento lo que dice el Sr. Marset. Y agrego lo que sabes, me encanta como escribes

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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