viernes, 30 de diciembre de 2011

Breve encuentro

Foto de Gloria Reyna


No te conozco,
pero apoyo mi cabeza en tu pecho.
Tus ojos no engañan a nadie.
y tampoco tu corazón
que ahora lo siento mio

La noche tiene estas locuras,
hacer extraños compañeros de viaje.
Quién sabe porqué estamos
los dos en este volar sin alas
¿No sabía el destino
que esto no podía suceder?
Breve encuentro el del mar
al romper contra las rocas,
pero tan intenso que desde ahora
en su memoria, en mi memoria, 
ya es eterno.

Por un instante,
sus penas fueron las mías
y, tal vez, su amor fue el mio.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Miel de romero

Camprodón, foto de Gloria Reyna


Echo de menos
la oscuridad de tu piel
y la claridad de tus manos
cuando cogías estrellas.
Amada me sentía
en tus palabras y en tus silencios.
Ya sé que no recuerdas.
En la flor libaba la abeja;
en tus manos, la esperanza.
Por la cañada llegaba la luna,
perfil de nácar,
al jardín de los deseos.
Tu beso fue  miel de romero,
cairel bordado a la vida.
Ya sabes lo que siento.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Navidad

Foto de Gloria Reyna


Mirar sus ojos
y vernos a nosotros mismos.
Su mal no tiene nombre ni apellidos
es la fortuna de los elegidos
Retorcemos el corazón,
nos cubrimos de insensibilidad
para que su pena no nos reconozca.
Así dormimos, mientras sus ojos
se desvelan mirando un mañana
que no va más allá del ahora.
Una lucha cada día, no cabe más.
Por eso, hoy pongo mi mano
en tu mano, hermano,
para sentir tus latidos
y que tu sangre y tu esperanza
sean también las mías.
Lavad vuestras manos,
sentaos a la mesa.
Jesús ha nacido.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Bien me saben

Foto de Gloria Reyna

¿Sabes si es posible
enhebrar los ríos a la tierra,
tender los campos a tus pies
que el viento estreche los montes
como tú me abrazas a mi?.
¿Cómo será la noche?
¿Cómo será el día?
Tus besos,
crisálidas de quereres
se atan a mis labios,
me estrechan, me rodean.
Y en su justa medida,
bien me saben.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Loca desnudez

Foto de Gloria Reyna


Con manos temblorosas
empecé a desnudarme.
Pero si antes de quitarme la piel
tenía mis dudas y temores,
cuando inicié ese quedarme en los huesos,
sentí que era así como debía ser.

No sé que esperar de ti,
ni si tú esperas algo de mi,
pero siento que mi vida eres tú.

Día tras día,
intento atraparte en tu misterio
Pero te escurres como un pez,
para aparecer en la noche.

Sé que esta historia,
tendrá un final
cuando un día despierte
y descubra mi loca desnudez.
Entonces sabré que ya te has ido
como apareciste, sin sentir.
Mientras esa huida llegue,
viviré este sueño.
Solos tú y yo.


domingo, 11 de diciembre de 2011

Mi acacia

Camprodón, foto de Gloria Reyna


Las ramas de la acacia
se entrelazan con los hierros
del balcón que se asoma a la plaza.
Su sombra refresca la casa
y acaricia las frentes dormidas.

Las golondrinas vuelan a sus nidos
mientras el sol penetra por
una rendija como si fuera una flecha.
Miles de pequeñas partículas de polvo
aprovechan para unirse en un ir y venir
incesante y desordenado.
¡la última que cierre la puerta!,
y una mosca choca contra el cristal.

Es la hora de la siesta,
de sueños y encantamientos.
Lo ha dicho la sirena
y la casa enmudece toda.

jueves, 8 de diciembre de 2011

A jirones

Camprodón, foto de Gloria Reyna



A jirones dejó lo que quedaba.
Lo que no sabe es que
ya estaba rota.
Hace tiempo que se extravió
en un viaje sin billete de vuelta.
¿Y entonces?
A qué ese suspiro surgido
de la nada.
A qué ese llanto derrochado
en tierra baldía.
No importa.
Haré como siempre,
como hasta ahora,
cerrar los ojos por el día
y abrirlos por la noche.
Si por lo menos pudiera
hablar sin palabras.

lunes, 5 de diciembre de 2011

En la escarcha del tiempo

Camprodón, foto de Gloria Reyna


Siento que no puedo ni debo
retirarme, sin acabar el combate
como el boxeador que pierde por puntos.
Ver como la lucha ha sido inútil.
Así que en este día
que aún no he perdido,
te diré todo lo que todavía
no te he dicho.
Te miraré a los ojos.Confiaré.
Me dejaré llevar por ese mañana
que me prometiste.
La ilusión me abrazará tan fuerte,
tanto, tanto...
que casi no podré respirar.
La esperanza se estremecerá
y los copos de nieve me susurrarán:

-"Habla, es tu momento".

Oscurece y la niebla cubre mi voz.
No puedo.
¿Cómo expresar lo que siento?
Las palabras huyen.
Tan sólo quedan  corazones blancos
en la escarcha del tiempo.



viernes, 2 de diciembre de 2011

Cosiendo alamares

Foto de Gloria Reyna


Todo es posible,
hasta superar los vacíos
donde las palabras se estrellan.
Poner la mano en el fuego
sin quemarse con un no.
Despreciar el peligro
y abrir los ojos de par en par.
El calor derretirá el hielo
que aún nos quede en los labios.
Y enterraremos los huesos de
antiguos rencores en algún camposanto.
Dios volverá a creer en los hombres.
Y el odio y el rencor
desaparecerán por arte de magia.
Así, si me besas como el río
a los juncos de su orilla.
Si cierras heridas y adornas
las penas con alamares.
Si no te rindes.
Todo eso, será posible.