Foto de Gloria Reyna |
Ramita a ramita,
un nido en su corazón fue construyendo,
donde anidaron frágiles esperanzas.
Rendido y cansado cierra los ojos,
abre las manos y sus sueños,
como mariposas de colores,
huyen entre sus dedos;
vuelan en todas direcciones
y se pierden entre las flores.
Una última mirada al pequeño
jardín que le rodea.
Brillos color violeta, amarillo
y rojo entre el verde oscuro de la hierba.
El agua seguirá allí,
bailando en la fuente,
resbalando por el borde
tomando el color de las piedras.
Vuelve a la casa con andar indeciso,
y al pasar junto al sauce,
acaricia distraído las melancólicas ramas.
Adiós a sus sueños, mariposas de colores.
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