lunes, 9 de mayo de 2011

Traición

Foto de  Antonio Marset

Su vida se me fue de entre
las manos.
La así con fuerza creyendo
que se rebelaría contra su destino.
Pero no fue así, paralizada por el
miedo, se dejó llevar sin un lamento.
Sólo me llevo su salvaje y ya
perdida mirada.
De la vida a la muerte pasó
en un sólo suspiro.
Retiré mis manos traidoras muy
lentamente de su suave pelo,
miré desconcertada a mi alrededor,
y alguien murmuró
- mejor así...
Adiós mi fiel compañera,
qué mal pagué tu desinteresada entrega.

1 comentario:

  1. Muchas veces nos hacemos esa reflexión y desgraciadamente no suele tener más respuesta que escritos como el tuyo.

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Gracias por leerme