domingo, 17 de abril de 2011

La Muñeca



Entraron en nuestra pequeña tienda,
madre e hija, las dos vestidas
como para un gran acontecimiento,
La niña de apenas dos años, lleva
un vestido precioso, pero el mio
no desmerece, porque me han
arreglado para la ocasión.

La sientan, le arreglan con cuidado
el vestido y encienden los focos.
Entonces es cuando entro en acción,
sentada en su regazo sonrío.
Pero no me quiere, me rechaza,
¡nunca en la vida me había pasado
cosa igual!

Mis ojos azules y transparentes
brillan, estoy a punto de echarme
a llorar, pero me controlo y aguanto,
soy una profesional.

La pequeña rebelde nos dedica
una mueca de desagrado, mejor que no
insistan en que sonría, será peor.

No me muevo, ni tampoco pestañeo.
Los focos me achicharran.
- ¡acabemos cuanto antes!

Por fin, el clic de la cámara, mi suplicio
terminó, y me alejo de esta niña
impertinente y consentida.
- ¡Qué se habrá creído la mocosa, que
las muñecas elegimos nuestro destino!

5 comentarios:

  1. Realmente, pobre muñeca. Las que tiene que pasar.. quienes se la quieren llevar, quienes las rechazan... y ellas alli con su eterna sonrisa...

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Me he puesto en la piel (de plástico) de la muñeca

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