Arrecife, foto de Gloria Reyna |
Hay días vacíos
sin luz, sin corazón,
donde todo es plano,
desde las ideas hasta el electro.
Y a veces, además,
se alia con la sed
y con las iras contenidas.
Ya se sabe,
en cuanto te descuidas
crece la maleza entre las flores,
mientras la vida pasa llena o vacía.
Habrá que abrir las manos
o mejor los brazos,
olvidar las penas.
Respiro hondo,
respiro esperanza.
Recupero el rumbo.
¡Menos mal! Creo que es la mejor actitud ante las iras de la vida: recuperar el rumbo.
ResponderEliminarAunque existan esos días grises
ResponderEliminartu sabes cual es el antídoto
y lo expresas muy bien.
Recibe mi cariño.
Un poema como esa luz crepuscular, o tal vez sean los primeros rayos del alba, que se asoman por el horizonte. Bonita fotografía.
ResponderEliminarSaludos, Gloria.
Gracias Antonio, gracias Marisa y gracias Óscar por acompañar a mi poema.
ResponderEliminarCariños
Me gusta que el final sea esperanzador, así debe ser, más allá de las eventualidades.
ResponderEliminarBesos.
HD
Lo importante es que los obstáculos no te los pongas tu mismo, como decía un relato de Jorge Bucay que se llama "Obstáculos". Hay que ser fuerte, ante las adversidades e intentar enderezar el rumbo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Humberto y gracias Antonio Soto. Tomo nota del libro y pienso que intento ser fuerte pero a veces las situaciones te sobrepasan aunque no lo aparente.
ResponderEliminarUn abrazo amigos