viernes, 15 de julio de 2011

En la Noche 4

Foto de Gloria Reyna
Le gustaría contar su hazaña a alguien pero no puede, no tiene suficiente confianza con nadie y menos se lo puede explicar a su padre que nunca entiende nada.

Intenta no hacer ruido cuando sube las escaleras e introduce las llaves en la cerradura. Nada más abrir, un penetrante olor a humedad y a oscuridad intenta huir. No enciende la luz, no quiere despertar a la silueta que, sentada en una silla de ruedas, permanece con la cabeza agachada sobre el pecho. Sólo se oyen unos tenues lamentos que al oír la puerta aumentan de intensidad. Las manos y los pies atados a la silla tiemblan en un intento de desasirse de su prisión.

¡Siempre igual!, siempre queriendo llamar la atención, que lo atienda hasta el agotamiento. Pues esta noche no, esta noche viejo te quedas ahí, estoy demasiado cansada para subirte a la habitación.

Se acerca al anciano que gime, le levanta la cabeza, le sonríe y le ajusta el sucio esparadrapo que le amordaza.
Si supiera qué gran trabajo ha realizado, lo bien que le ha salido todo, estaría orgulloso de ella, pero este condenado viejo nunca está contento con lo que ella hace. Unas lágrimas le mojan la mano.
- No me mire así, yo tampoco he cenado. Hasta mañana padre, no le enciendo la luz para que duerma.

Bosteza y  sube las escaleras  arañando, distraídamente, la pared con las uñas.Vuelve a notar como la sangre le sube a la cara al recordar aquellas caras de súplica que ya no existen. Mañana verá qué excusa se inventa por llegar tarde al trabajo, esta noche sólo quiere descansar, dormir sin pesadillas.
Desde el piso inferior llegan débiles lamentos y, al final el silencio, la oscuridad y ...... el horror.
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3 comentarios:

  1. Quien desee leer las anteriores entregas sólo tiene que pinchar en la etiqueta SUSPENSE.

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  2. jope...que tipa mas chunga...espero no tener ningún vecino así...que miedo! ME GUSTA!!!

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Gracias por leerme