Atardecer en Madrid |
Sus pupilas persiguen lo esencial:
la luz, los colores, las formas
que se le escapan como hormigas
por rendijas de cristal.
Los porqués son superfluos, banales
no sirven para tejer la Vida
aunque las tripas
se revuelvan contra el destino.
A puñados quisiera coger las estrellas
para iluminar su cielo,
pero tan sólo es un sueño, una locura,
la tierna locura de mi querer.
A veces toda interrogante resulta vana, ante esas pequeñas cosas que no entendemos del todo y que solo podemos vivirlas en la imaginación creativa de aquello que pudo ser y no fue. Una mirada, unas palabras y la verdad... no sé que yo diera; por un beso, solo por un beso
ResponderEliminarPrecioso Gloria, gracias por hacerme pensar... y sentir.
Un buen retorno.
ResponderEliminarLas locuras de amor... no son tan locas, en este caso muy pero que muy tiernas.
ResponderEliminarBesos
Me gusta esta locura
ResponderEliminarque enciende cielos
con luz de estrellas.
Un beso