jueves, 6 de octubre de 2011

En la mente de un asesino

Foto de Gloria Reyna

Hoy todo cambiará, la vida empezará de nuevo
sin que nadie lo sospeche.
Dejaré de ser "el del almacén frigorífico”,
ese del que no saben el nombre,
del que apenas han visto el rostro.
Siempre con la carga a cuestas,
con la pieza de tela manchada
echada por encima de la cabeza
como si eso me librase de la sangre.
Creen que es un trabajo ingrato estar todo el día
yendo y viendo con la carne a cuestas.
Pero yo disfruto, estoy donde quiero estar.
El ignorante, el don nadie,
les dará una lección a todos.
La sangre correrá por mis manos
porque es la única que puede acallar mi mente
y hacer desaparecer las voces.
Cada noche igual, en cuanto me tiendo en la cama
ahí están sin dejarme descansar.
Cada día me siento más débil, me faltan las fuerzas
por eso he decidido hacerlo hoy,
antes que no pueda moverme.
Esta tarde, cuando ya todos se hayan ido
cogeré prestada para la ocasión
la cuchilla de despiece. Es mi preferida.
De mango corto y con los dientes bien afilados.
Mañana sólo yo sabré de quién
es el perfume que me cubre.
La impaciencia me mata,
noto cómo me palpita el corazón.
No puedo esperar más.

Cada noche a la misma hora
sale del hospital para irse a casa,
camina rápido para que no se le escape
el autobús nocturno.
La espera en la parada se le hace eterna.
Por suerte, hoy, hay otra mujer que también aguarda
le sonríe y se sienta a su lado.
Respira aliviada.

Apenas hay tráfico, éste el es momento.
Un movimiento rápido alrededor del cuello
y dejará de preocuparse por cobrar a fin de mes.
Su grito quedará ahogado en sangre.

El día se cuela por el pequeño ventanuco
de la cámara frigorífica del matadero.
Las reses abiertas en canal aguardan colgadas
y alineadas para ser transportadas y distribuidas.
Extraño ver entre las bestias unos pies desnudos
que se balancean; por su dedos resbala lenta la vida.

Ha sido un trabajo limpio, como de costumbre.
Todo está lavado y aseado,
ya he guardado el traje y la peluca,
puedo dormir tranquilo
Una última mirada a mi trofeo,
algo insignificante para recordar esta noche.
Estoy impaciente por ver la noticia
en los periódicos.
No saben que mi colección no ha hecho
más que empezar.

En un tablero de corcho pinchadas como
mariposas, un par de pestañas
han dejado de parpadear.
----------------

4 comentarios:

  1. ¡Cáspita! terrorífico. Si sigue, tendré que leerlo de reojo y escondido tras las manos.

    ResponderEliminar
  2. Maravillosa y terrorífica descripción de la mente de un asesino. Lo que no me ha quedado tan claro, es, si tú has penetrado la mente, de éste, para hacerte eco de sus palabras o por el contrario, ha sido él, el que se ha servido de ti, para aterrorizarnos. jaja. Me encantó. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Gracias a los dos valientes que se han atrevido a leer mi criminal historieta , juas!

    ResponderEliminar
  4. Huy, me ha dejado tensa la espera del desenlace mis ojos eran muy lentos para mi mente impaciente, el sobresalto que me provocó... hasta la última linea esperé que sólo fuera el sueño de una mente atormentada. Que te puedo decir... me encantó el suspenso!!!. Grande Gloria!!! Valla mi humilde pero sincera felicitación.

    ResponderEliminar

Gracias por leerme