Soñé que estaría llena de vida,
de colores brillantes,
que me abrazaría salvajemente.
No ha sido así.
El sopor lo domina todo.
El otoño es gris,
y el desencanto también.
Ingenuos, los brazos,
esperan abiertos.
A veces ese desanimo del alma , lo cura un abrazo, no ese salvaje que soñabas , sino el pleno de ternura que te otorga un amigo, sin mas expectativa que ofrecerte consuelo. El otro...quizá un día llegue Saludos Glo, Dios contigo
A veces ese desanimo del alma , lo cura un abrazo, no ese salvaje que soñabas , sino el pleno de ternura que te otorga un amigo, sin mas expectativa que ofrecerte consuelo. El otro...quizá un día llegue Saludos Glo, Dios contigo
ResponderEliminarSigue con los brazos abiertos, quizás la lagría está por llegar, en el momento que menos te lo esperes.
ResponderEliminarBesos