lunes, 18 de junio de 2012

Bueno, ¿cuánto es?


Camprodón, Barcelona


Al anochecer, recogía los encargos
y nunca se los llevaba sin pagar.
Las primeras palabras que salían
de su boca cuando entraba
por la puerta, eran:
- Bueno, ¿cuánto es?

Y sacaba la cartera ya
dispuesto a pagar.
Dinero arado al campo,
hasta romperse las manos.
Rastrillando a pie tras las mulas,
dando vueltas y más vueltas.

El padre a por los vestidos
de las hijas, todos iguales.
-Bueno,¿cuánto es?

2 comentarios:

  1. Me hiciste evocar al caporal del rancho de mi padre Don Roque , un señor de postal campera. El ignoraba siquiera cuando habia nacido, decía: "ni siquiera sé si tengo factura" así es la gente del campo...la de antes. El overol que portaban estaba pagado con el fruto de su trabajo. El concepto "credito" tan abusado en la actualidad, no existía para ellos , cuando mucho el valor de la palabra si algo les faltaba. Besos , un placer disfrutar de tus palabras.

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  2. Querida amiga, has dado perfectamente en el meollo de la cuestión.
    Esta es una pequeña historia que me contó mi madre.
    Y el fondo es el que tu muy bien expones, la gente sencilla que dan su palabra, que pagan sin falta sus deudas,porque no tendrán riquezas pero,por lo menos, en aquellos tiempos, tenían palabra.
    Un abrazo y besos

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Gracias por leerme