viernes, 6 de abril de 2012

Un pulso al destino

Lámpara, Masnou. Foto de Gloria Reyna


Pensé que como a Abraham
pararía su brazo.
Que el crujir de dientes
llegaría a sus oídos
y los lamentos abrirían sus puertas.
Soñé que ganaba
un pulso al destino.
Pero no supe pedir clemencia.
El cielo se volvió llanto
y la esperanza se hizo noche.
La vida fue frágil destello,
y como el cabo de una vela
apagada con los dedos.
Su cuerpo celeste no puedo
aguantar el peso infinito.
No supe.
No supe, salvar una estrella.

2 comentarios:

  1. ...no supe salvar una estrella"

    Belleza triste la de tus versos.
    Ojalá tuviéramos ese privilegio,
    nos conformaremos sabiendo
    que iluminan el cielo
    de nuestras noches.

    Un beso

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  2. Gracias, Gloria, por sus cálidas palabras. Y por sus versos tan desolados, pero tan auténticos.
    Un beso desde Madrid.

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Gracias por leerme