Foto de Gloria Reyna |
Engarzada al balcón de mi niñez,
dorada inflorescencia de lánguidas ramas,
das sombra a mi corazón de manzana.
Verde y menta.
Bajo tu copa me refugio del calor del estío
mientras apuro, mimosa y soñolienta,
un de té frío con limón.
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Cuantas veces querida Glo, nos refugiamos a la sombra del recuerdo, de la ternura , del ayer . Y así con una bebida en la mano dejamos correr los pensamientos en un tour al sentimiento . Dios contigo
ResponderEliminarMalusa
Cuánta fantasía en la memoria para dar forma al recuerdo, plácidamente.
ResponderEliminar...dorada inflorescencia de lánguidas ramas...
ResponderEliminarme encantó ese verso tuyo, pues cierto es, la infancia tiene algo de balcón al que da sombra una mimosa muy mimosa. ¡Y qué mejor que asomarse a él bajo los efluvios de un té frío!
Mi humilde felicitación, pues.
Saludos blogueros
Somos recuerdos,
ResponderEliminarsólo memoria efímera
que no habita en el olvido.
Un fuerte abrazo
Afortunados quienes podemos refugiarnos en esos lindos recuerdos porque nos alimentan el espiritu
ResponderEliminarCálido y fresco a la vez. Un poco paradójico, y a la vez tierno, suave y veraniego :)
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