Lanzarote, foto de Gloria Reyna |
No lo sabíais pero vuestra vida era mía.
No sé porqué pero sucedió.
Una noche, no pude contenerme más
y aunque me tapé la boca con las manos
no fue suficiente.
Demasiado tiempo contenida,
demasiado tiempo doblegada a vuestros caprichos.
Vomité toda la rabia
que ardía en mi interior.
Asfixié vuestras esperanzas
y vuestras vidas.
Nada me detuvo.
Sólo el mar aplacó mi delirio.
Sólo el mar ahogó mi locura.
No sé porqué seguís conmigo.
¿A qué tanto afán en protegerme
si no soy de fiar?
Mi herencia, vuestro tesón.
Malpaís y nada más.
Una tierra donde el fuego
ResponderEliminarsigue calentando
sus calderas.
Un beso
Ya veo que estás de vacaciones. Aun así, tienes tiempo para escribir. La fuerza de un volcán siempre impresiona, aunque esté dormido.
ResponderEliminarSaludos, Gloria.
Ocasional el sentimiento rebasa al pensamiento y la incoherencia del clamor del alma se presenta incontenible . Me encanta tu expresión . Dios contigo
ResponderEliminarMalusa