Un día manso en Barcelona |
Un día manso, sin estridencias.
Salió el sol como todas las mañanas
Y el reloj marcó las horas sin
dejarse ni una sola.
Las escaleras bajaban o subían
a voluntad del viandante de turno.
Vehículos que se entrecruzan
que aparecen y desaparecen.
El desayuno en el café de siempre
mientras se comentan las noticias de
siempre.
Perros sueltos y amos descarriados.
Porteras que se afanan
en dar lustre a lo que otros no ven.
Unas flores que vuelan
y unas palomas que se posan.
Una brisa húmeda y caliente lame las sienes
y se mezcla con los ruidos del tráfico,
con las voces de la gente, con las sirenas
que cantan en este mar en calma,
en esta mañana de verano sin novedad.
Descriptivo y refleja lo que muchas veces vemos alrededor.
ResponderEliminarGracias cuñado, besotes
EliminarCuando el ruído ensordecedor
ResponderEliminarinunda las calles y la rutina
se palpa en esa "calma chicha",
se piensa en como poder escapar
de la cadena que nos ata al
asfalto y a los humos.
Un beso
Mil gracias Marisa por tu comentario, a veces se transita por las calles sin ver.
EliminarUn abrazo querida amiga