Palacio de Montjuic, Barcelona |
No necesito mirar al cielo
ni pisar la tierra
para ser feliz.
Me basta sentirte conmigo
en esta dulce tibieza
de silencio que nos rodea.
Si hace falta,
enraízo mis huellas a las nubes
para no alejarme de ti.
La vida fuera de nosotros
se asemeja a un dedal
de tan pequeña que la siento.
No sabía que solos, tu y yo,
fuera un mundo tan extenso.
Al amanecer
busco ansiosa tu compañía,
Tus caricias, gotas de rocío,
savia que necesito para vivir.
Y cuando despiertas y me besas
todo arde, hasta las estrellas de la noche.
¡Qué pereza más grande no amarte!
Con él estás entre el cielo y la tierra, en ese limbo que sólo el amor es capaz de crear, para ti, para él. Qué bien.
ResponderEliminarUff , despiertas una evocación que ...aún duele. Ese sueño de envejecer junto a, de vivir con , de una mano en la tuya, una mirada donde te reflejes siempre con la ternura de lo cotidiano y el asombro de cada nuevo momento.
ResponderEliminarQue lindo que tengas todo eso en tu vida amiguita. Dios contigo.
Malusa