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Caminaba, como siempre,
absorta en mis pensamientos,
que si el hoy, que si el mañana...
Cuando de refilón la he visto.
Sentada en un rincón,
bajo la triste luz del fluorescente.
permanecía inmóvil con los codos
apoyados en las piernas,
y la cabeza hundida entre las manos,
El abatimiento y la tristeza
la envuelvían por completo.
El desespero y la incredulidad
se reflejaban en su rostro,
Su cabeza, intentaba encontrar
un resquicio por donde escapar a
su penoso destino.
A su lado, su fiel compañero,
un deslucido carrito de compra,
con todo lo que le queda.
¡cuanta vida tirada a la calle!
Y tengo que confesar mi pecado,
he pasado de largo, he seguido mi camino.
Mi penitencia será recordar a esa mujer
sin hoy ni mañana refugiada en un pequeño
cajero de banco.
25-03-2011
Un ufff... si lo leo en mis zapatos y otro ufff si lo leo en los de la autora...
ResponderEliminarEspero que la imagen se vaya desvaneciendo
Besos
mmmm extraño... interesante... la mente es muy compleja... pero el tiempo es el mejor amigo para olvidar
ResponderEliminarHabrá un sendero en algún lugar que ayude a desviar el actual camino.
Besos