miércoles, 26 de octubre de 2011

Diente de león -El padre

Foto de Gloria Reyna


Como inflorescencia madura que
el viento arranca y dispersa en el aire
así se lo han arrebatado entre todos.
El primer culpable de su agonía,
ese Dios en el que no cree ni conoce y
que celoso y vengativo le ha robado la vida.
Cómplice de esta horrible felonía,
la insensata mujer que se llamaba
así misma madre.
Si pudiera, se arrancaría el corazón
con la mano para acabar con este dolor
que se le extiende por todo el cuerpo,
como metástasis de la horrorosa realidad
que a ratos le asalta en su embotada mente.

A penas puede mover la mano derecha,
debió rompérsela cuando entró en el establo
y la emprendió a patadas y puñetazos
con todo lo que encontró en el camino.
Sólo quería rescatar a su hijo, a su
pequeño, de las pezuñas de las bestias.

No vio a nadie cuando salio corriendo hacia
la casa del médico, solo oía gritos que lo
llamaban para que se detuviera, no podía hacerlo
no podía reconocer la terrible evidencia
que voceaba el cuerpo desmadejado de su pequeño.

Ni la familia ni los amigos le han dicho una palabra,
prefiere que sigan así, mudos; no podría soportar ninguna
de esas malditas palabras de consuelo que
mecánicamente recitan.

Nunca, nunca perdonará a su mujer,
ni a ella ni a Dios, en el que antes no pensaba
y ahora no puede quitar de su cabeza.
No quiere deshacerse del resentimiento
que le ha nacido contra ellos,
ese será su único consuelo.

3 comentarios:

  1. Oh!!! El sólo hecho de leer e imaginar lo que describes me da escalofríos... y también siento rabia... a veces todo pasa en un segundo y sólo queda la triste sensación de todo lo que se pudo hacer y no se hizo. Que aunque la vida de señales sólo las interpretamos después del golpe. Uff amiga que novela podrías escribir... Un abrazo!!! :)

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  2. ¡Jolín! que desgracia provoca el desgraciado y que bien lo has pintado. Pero, ¿de dónde lo has sacado?

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  3. En verdad, este texto tiene más de narrativo que de lírico. Parece el prólogo de un relato. Muy violento y desgarrador lo que anticipas.

    Saludos, Gloria.

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Gracias por leerme